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VIRNA Y ERNESTO

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Estilo

Virna y Ernesto se caracterizan por ser realizadores integrales. Es decir, ellos mismos realizan el guión, la dirección, la producción y todos los roles técnicos de sus películas (cámara , montaje, fotografía, vestuario, sonido, animaciones, etc). Por otra parte, son los distribuidores de sus films y están a favor de la libre circulación de sus documentales por internet.

Sus películas son principalmente históricas, políticas y biográficas. Son discípulos del cine documental de los años 60’ y 70’, tanto del cine directo inglés, como del Nuevo Cine Latinoamericano; del cual absorbieron la fuerza del montaje ideológico y la relación activa entre cine y compromiso político.

Sus dos primeras películas Raymundo y Corazón de Fábrica, ganadoras de 25 premios internacionales, tienen abordajes diferentes: la primera es de montaje y la segunda de registro directo. Ambos films apelan a develar para el espectador la intimidad y la humanidad de sus protagonistas, en el contexto de una coyuntura de pasiones, lucha y compromiso político, donde se pone en riesgo todo para llevar adelante un ideal colectivo.
Nazión, un film dirigido solamente por Ernesto Ardito, mantiene el estilo del found footage de Raymundo, pero narra la historia desde el punto de vista opuesto: el de la ideología de ultra derecha en Argentina. Los climas y las intrigas apelan al género de terror.

Una evolución e identidad fuerte de estilo se observa a partir de sus films Alejandra (2011) y Moreno (2012). Trabajan con hechos históricos y situaciones de la vida de los protagonistas pero se alejan de la reconstrucción teatralizada convencional y de la búsqueda periodistica, apelando al nervio narrativo cinematográfico. Se construye el universo subjetivo del protagonista para extraer su esencia, tensionando las fronteras entre documental y ficción. El lirismo y la realidad interactúan, se fusionan. Los realizadores búscan en los recursos cinematográficos existentes y apelan a la experimentación óptica para construir nuevas formas visuales, que se convierten en nuevas formas narrativas cuando son intervenidas por el montaje. Se genera un microcosmos de planos cerrados y aislados que entretejen los sentimientos y pensamientos del personaje, actúan como reflejos del mismo, o mejor dicho, como la interpretación que los realizadores hacen de éste.

Virna y Ernesto utilizan la fracción para construir el todo, apelando a un espectador activo, dinámico que debe reflexionar y completar la historia, tanto desde el punto de vista narrativo como estético. Ellos buscan desde esa perspectiva dinamizar el relato y romper con la estructura hegemonizante y rígida que se le asigna tradicionalmente al documental, al ligarlo al plano de lo objetivo. Ambos plantean que la objetividad no existe y que ellos son absolutamente subjetivos a la hora de realizar un film. Pero no confunden subjetividad con imponer una mirada autista a la historia, manipulando los elementos para satisfacer las necesidades del realizador. Todo lo contrario, se obsesionan en la investigación planteándose una búsqueda rigurosa de fuentes originales para construir los cimientos de la historia a filmar.

El método de la realización integral, desarrollado por Virna y Ernesto, acerca la práctica cinematográfica documental a la lógica artística de un pintor. Porque obliga al realizador a fundirse en una sola entidad, con sus herramientas técnicas, donde la base permanente de capacitación y experimentación son la fuente de crecimiento. Conocer y analizar la última tecnología disponible en el campo cinematográfico, es una necesidad permanente que el realizador integral debe desarrollar para optimizar los métodos productivos y de difusión de sus films. Esto, le permite adquirir independencia económica y política.

La realización integral establece diseños de producción muy económicos para el mercado, y como el dinero se concentra en el film (y no en sostener determinadas estructuras) permite priorizar y considerar muchos gastos que en una producción standard con el mismo presupuesto se eliminarían. Por esto, su competitividad en un mundo estructurado bajo la lógica de las productoras cinematográficas, es muy alta.