VIRNA Y ERNESTO / CINE

“He querido iluminarme a la luz de mi falta de luz”

publicado en diario El Argentino, 8 de agosto de 2011.

Cuatro capítulos que revelan la vida de la poetiza Alejandra Pizarnik por Canal Encuentro


Una toma del primer capítulo “Flora, ese ser imperfecto”

La paradoja de la figura de Alejandra Pizarnik es en el mismo acto que decide borrarse del mapa, ponerle punto final a su historia, se encierra el punto de partida de muchos que deciden explorarla. Es cierto que en su obra poética, Alejandra no deja de poner en tensión la relación entre la vida y la muerte pero lo hace con tal maestría que a penas deja ver los insumos de su vida personal. Ese mundo privado al que decidió dedicarse por completo.

En Memoria Iluminada, los guionistas y realizadores Virna Molina y Ernesto Ardito encaran la tarea de contar la vida de los artistas de los ´60 considerados revolucionarios y reúnen figuras de la talla de Raymundo Gleyzer, Alejandra Pizarnik, Paco Urondo y Haroldo Conti. Este segundo segmento dentro del ciclo se divide en cuatro capítulos, de los cuales la semana pasada se emitió el primero (“Flora, ese ser imperfecto”) y del que restan tres más (“Los años felices”, “El retorno” y “Final de juego”) que cuenta la historia de la poetiza desde su infancia hasta su suicidio en 1972.

Más que reforzar la idea de su aparente camino a la autodestrucción, cuenta el director Ernesto Ardito que la idea fue romper con esta atracción macabra que sobrevuela y dar a conocer un perfil más humano vinculado con su vida. “Las cosas que se conocen porpularmente de ella es el suicidio, los motivos y circunstancias por los que la artista llega a ese punto. Incluso hay quienes la leen para encontrar en su obra referencias a este hecho, porque en su literatura hay cierta recurrencia al tema de la muerte y la infancia. Se generó cierta tendencia que aborda a Pizarnik desde el lado de lo macabro. Pero su obra es mucho más profunda que eso y el origen de su obra no puede estar en su final, así que nos pusimos a reconstruir su universo creativo.”

Como en el caso anterior los realizadores parten desde los principales conflictos de la vida del artista pero abordan también el contexto de ruptura y vanguardia de los años ´60 y ´70. Aunque Alejandra significó un desafío particular, “a diferencia de otros documentales donde utilizamos muchos documentos y material de archivo trabajamos mucho las reconstrucciones. Acá filmamos absolutamente todo pero no desde el sentido clásico sino que el público se mete en el túnel del tiempo desde una mirada subjetiva del personaje. Se relata desde el testimonio de sus amigos pero también desde sus diarios personales, las imágenes van jugando desde el interior de su imaginario. La percepción del mundo de Pizarnik era muy sentida. Su vida era tan privada, tan hacia adentro en un momento de ebullición. Por ejemplo, a nivel político, ella no estaba vinculada con nadie sin embargo su obra era en esencia revolucionaria porque proponía romper con un montón de preconceptos sociales.”

Y es en este sentido “Los años felices”, el segundo capítulo que se emitirá el jueves a las 21, queda demostrado no sólo que fue una mujer revolucionaria para su época sino que también revolucionó la vida de los suyos (los grandes referentes culturales del país). Cuenta Ardito ”que tuvo una amistad muy profunda con Julio Cortázar y con Silvina Ocampo. Al contar la vida de Alejandra también estamos armando un fresco de un período cultural. Del 60 hasta el 64 ella se fue a París, que en ese entonces era el lugar donde había que estar. La experiencia allí potenció su obra pero también la de sus pares. Convivió con el existencialismo, lo que quedaba del surrealismo y con artistas latinoamericanos como Cortázar y Octavio Paz, que impregnaban todo ese clima con su compromiso político.” Recién cuando retornó a Buenos Aires comenzó a habitar más su mundo paralelo, ese que había construido, con el que lidiaba mejor. Y cuando comenzó a fugarse asiduamente sería Cortázar, su amigo, el que desde París se lo reprocharía “no te acepto así, no te quiero así, yo te quiero viva, burra, y date cuenta que te estoy hablando del lenguaje mismo del cariño y la confianza, y todo eso, carajo, está del lado de la vida y no de la muerte.”


Publicado en periodico El Argentino 08.08.2011