VIRNA
Y ERNESTO / CINE
EL DOCUMENTAL
ES UNA RAZÓN DE ESTADO Y NO DE MERCADO
por Mariano Minasso, publicado en Anred (Agencia de Noticias
Red Acción).
Nota: Entrevista de febrero de 2007, cuando Virna
y Ernesto dirigian DOCA, luego conformaron RDI.
Despues de esta entrevista surgieron los fondos para cine documental segun
la modalidad que Virna y Ernesto proponian, asi tambien la relacion del
INCAA con el cine documental mejoró.
"Somos documentalistas, tenemos una idea, una cámara, nesecitamos
fondos para poder filmar y difundir los films a la gente". Esta meta
parece fácil de realizar, pero en la Argentina no lo es. Por eso
se formó Doca, una asociación independiente de cineastas
que lucha para que el documental tenga su lugar. ANRed diálogo
con dos de sus integrantes,Ernesto Ardito y Virna Molina, quienes, además,
afirmaron que “los fondos que tiene el INCAA pertenecen al pueblo
argentino. Es parte del dinero que debe ir destinado al apoyo, a la producción
y a la difusión del cine nacional”.
Por ANRed – L
En una ficción
suele existir “una realidad” que es construida, por lo general,
bajo el lente creativo de su autor, quien juega a armar y desarmar una
historia para que unos personajes la representen y así generar
un producto lo más verosímil posible. En cambio, en un documental,
esa “realidad” emerge como resultante de un acontecimiento
real que el ojo de su realizador convierte en un testimonio que sirve
como prueba de lo que muchas veces se trata de distorsionar o directamente
encubrir. Sucesos, hechos, distintas vidas son las que claman por ser
develadas e investigadas.
“Hay algo muy conflictivo en el documental dado que tiene un contenido
social y político muy fuerte”, afirma Virna Molina, quien
junto a Ernesto Ardito (ambos responsables de las realizaciones de la
ya mítica “Raymundo” y de “Corazón de
Fábrica”, esta última a punto de estrenarse y que
pondrá en foco la lucha de los obreros de Zanón) integran
Doca, una asociación independiente recientemente formada por 80
cineastas que busca que el Estado argentino apoye legítimamente
la realización documental a través del INCAA, generando
políticas para su efectivo desarrollo y presencia.
Aunar luchas: ese el es objetivo de Doca. Al escuchar la palabra de Ardito
no parecen quedar dudas. “Había una necesidad latente de
juntarse, de hablar de objetivos y necesidades en común, pero no
sólo desde lo productivo sino también desde la discusión
teórica. Hasta ahora los documentalistas lo hacíamos de
forma individual; para que nuestras películas pudieran estrenarse,
para conseguir una sala o algún tipo de apoyo del Instituto o de
otros lados”.
- ANRed: Concretamente ustedes tuvieron hace poco una reunión decisiva
con el INCAA, ¿qué acordaron en ella?
- E.A: Por un lado planteamos que se subsidien más producciones
documentales. De diez que están surgiendo que pasen a sesenta.
Pero también buscamos modificar el modo con que el INCAA se encuentra
con estas producciones. Es decir, el cine documental independiente tiene
un modo de producir: precisa el dinero antes de comenzar a filmar y el
INCAA te lo da después. Por eso, queremos que se manejen como lo
hacen las fundaciones que subsidian documentales en el exterior que te
dan un 70 por ciento al comienzo y un 30 por ciento después.
- V.M: Aparte, estamos hablando de mucha plata, de más de 45 millones
de peso, que el año pasado fueron a parar a la producción
cinematográfica. Y si uno ve las realizaciones que hubo y la repercusión
que tuvieron, está más que claro que se debe revisar los
criterios de selección que tienen los comités para decir
cuál es el proyecto que va. Además, solicitamos un jurado
independiente que sea exclusivo para los proyectos documentales y que
esté integrado por representantes de los distintos sectores del
cine documental y no estamos hablando sólo de realizadores, productores
y técnicos, sino también de investigadores, historiadores,
gente vinculada al cine documental. Pero, aparentemente, nos afirmaron
que esto va a cambiar, dado que ahora tienen una necesidad urgente de
apoyar al documental. Que era algo que ya estaban evaluando por el desarrollo
que el documental estaba teniendo, que había superado la estructura
que tenían para el subsidio y la difusión. Así que
ahora tendrían una política de apoyo al documental. Pero
esto hay que tomarlo con pinzas.
- ANRed: ¿Qué pasa una vez que se logra el subsidio con
el tema de la exhibición del documental?
- E.A: Paralelamente al plan de fomento, estuvimos trabajando un plan
para la exhibición. De la propia experiencia que tuvo cada realizador
para exhibir su película independiente en el país nos dimos
cuenta que hay un montón de espacios, pero que les hace falta un
subsidio muy chiquito para poder existir. Y son espacios que si no estuviera
la gente de esa ciudad o de ese pueblo no podría ver documental.
Entonces, con el subsidio para exhibición proponemos también
que se haga un concurso o que se presenten diferentes espacios que consideren
que pueden llegar a exhibir documentales de forma continua y que el Estado
los financie con un pequeño subsidio para comprar un proyector
o lo que les haga falta.
- V.M: Con el tema de la exhibición, al ver que después
de 2001 se creó un circuito alternativo de difusión en espacios
como asambleas, fábricas recuperadas, bibliotecas populares, centros
culturales, planteamos la creación de un fondo de subsidio a la
difusión del cine documental para esos lugares o los que puedan
surgir.
- ANRed: ¿Cómo fue la convivencia entre los distintos documentalistas
de Doca?
- E.A: Al comienzo hubo dos tendencias que se generaron naturalmente.
Una que hacía cine social, política, y la otra que era un
poco más industrialista, que veía el costado más
de mercado. Entonces, no pudieron convivir. Nosotros, con el plan de fomento,
buscamos democratizar y redistribuir mejor los fondos del INCAA para el
documental. Lo único que pedimos es un concurso libre e igualitario
para todos; que cada uno- de acuerdo a su capacidad intelectual y creativa-
tenga las mismas condiciones para poder filmar. La otra línea no
quiso saber nada porque les convenía que siga siendo para poca
gente, dado que ya tenían generado un lobby.
- ANRed: ¿Cuál es el valor que posee o que debería
tener el género documental dentro de una sociedad?
- V. M.: Fundamentalmente el documental apela a diferentes subjetividades
de la existencia. Plantea cuestionamientos y no sólo desde lo político
social, sino también desde lo científico, desde lo artístico
y desde muchos puntos de vista. La esencia del documental no está
regida ni por la industria ni por el mercado, sino por el hecho de contar
historias y de ampliar las miradas que hay sobre la realidad.Impulsando
al documental independiente se estarían abriendo nuevos caminos,
nuevas formas de lenguaje y miradas que hoy desconocemos. Y la mayoría
de los documentalistas estamos para eso; no para aumentar la calidad técnica
acrecentando el monto asignado a cada documental y manteniendo una elite.
Somos una asociación de documentalistas pero no defendemos los
derechos de los asociados a Doca, defendemos los derechos de todos los
documentalistas, estén asociados a Doca o no.
- E. A.: El cine documental no es una razón de mercado sino de
Estado. Tiene una producción de un gran aporte cultural y de debate
político social que no sólo hace al desarrollo cultural
de una sociedad en un momento determinado, sino que también sirve
como legado para futuras generaciones. Y nosotros, que trabajamos en el
cine documental con películas históricas y con material
de archivo, nos damos cuenta de cómo el siglo veinte pudo contarse
de alguna manera gracias al archivo visual que hay.
- ANRed: ¿Y por qué les parece que el documental por lo
general suele ser resistido a la hora de su financiación?
- V.M: Creo que esto se debe a que gran parte de los documentales que
se hacen y que han tenido mucha repercusión hablan cuestionado
al Gobierno, a las estructuras del poder y al sistema en que vivimos.
Por eso, es complicado que ese propio sistema subsidie a ese cine. La
realidad que nosotros planteamos desde Doca y que discutimos es que los
fondos que tiene el INCAA son los fondos de todo el pueblo argentino.
Es parte del dinero que tiene que ir destinado al apoyo, a la producción
y a la difusión del cine nacional
- ANRed: ¿Cuál es la justificación que venían
encontrando desde la parte oficial para apoyar a grandes producciones
y no así a los documentales?
-V.M: La justificación del Instituto hacia apoyar grandes producciones
como “Paturusito” o “Bañeros 3? es que generan
mucha fuente de empleo en la industria. Pero habría que ver si
60 películas documentales generan menos o más empleo que
2 o 3 producciones. Además, venían sosteniendo que la gente
no estaba interesada en ver documentales, que carecían de interés
del público. Pero hoy esto es refutable, se ve en las películas
que están saliendo con una difusión independiente y que
tienen más convocatoria que películas que vienen con un
apoyo tremendo. Ya ese argumento no lo pueden sostener. Gracias a la presión
de los documentalistas, más la importancia de los festivales del
exterior que están cobrando las distintas realizaciones y la misma
devolución de la gente, hicieron que el Instituto comenzara a escuchar
y abrir un espacio, pero por la fuerza.
- ANRed: Al no venir contando con el apoyo del INCAA para realizar sus
producciones, ¿cómo se las arregla un realizador independiente?
- E.A : Por lo general, uno tiene que caer en un productor que te pone
la plata para luego recuperar ese dinero. Y ese productor tiene la libertad
de limitarte el contenido de la película. Pero el documental no
está obligado a dar ganancia. Su aporte es otro a la sociedad.
Por eso, el rol del Estado para apoyarlo debe ser fundamental.
- V.M: Asimismo, existen pocas casas productoras grandes y con capacidad
de invertir en un capital total para hacer una película. Además,
tienen una línea política y hay películas que no
las van a apoyar. Ni van a hacer los trámites para que dentro del
Instituto consigan un subsidio. Eso es clave. O, si lo hacen, ponen concesiones
grandes como cortar parte de las películas o modificar el guión.
Las grandes financiadoras también van marcando como debe ser ese
documental. Cuando uno viaja a los festivales de cine documental internacional,
hay un patrón común: todas las películas parecen
hechas en serie, a excepción de un par. Entonces, uno se pregunta
cómo puede ser que una película hecha en la Argentina tenga
el mismo formato que una hecha en la India o en Estados Unidos. Aparte
hay ciertos festivales que van marcando la tendencia que tiene que tener
el documental para que sea vendible, exitoso y gane premios.
- ANRed: ¿Y cuál es esa tendencia?
- V.M: Lograr documentales que deslumbren en cuanto a la puesta de cámara,
en cuanto a la iluminación y en todo lo que tenga que ver con la
estética. Pero que se vayan vaciando de contenido. Buscan vaciar
el punto de vista, que se rescate la realidad en estado puro, sin manipulación
ni intervención del realizador. Y esto no es real, porque siempre
hay una manipulación. El sistema pretende un punto de vista apolítico,
sin intervención, que no se planteen propuestas ni interrogantes,
simplemente mostrar, esbozar. Casi como un fresco naturalista de la realidad.
Y lamentablemente el monopolio de la producción comienza a apuntar
en esa línea haciendo que las películas se tornen aburridas,
cuadradas, bellas estéticamente, pero sin sentido. Y a la vez que
vayan logrando la estructura de la publicidad. Y el origen está
en los medios de producción. Por eso, si ponemos al género
documental dentro de la dinámica del mercado, automáticamente
lo destruimos hasta generar un híbrido, que después sí
no va a generar interés en el espectador.
- E.A: También está bueno que el documental se escape de
las leyes del mercado y se pueda financiar mediante becas o algo que permita
mucho más la libertad de producción. Porque una película
de ficción se puede filmar en dos meses. Pero en un documental,
uno tiene que estar tres o cuatro años conviviendo con la historia
o con los personajes, tiene que esperar los tiempos del conflicto que
está desarrollando. Y eso tiene que ser aislado del apuro del mercado.
- ANRed: Doca estuvo presente en la marcha del 20/12 por los cinco años
de 2001, ¿cómo vivieron esa experiencia?
- E.A: Y… me acuerdo que uno veía en la televisión
que no pasaban ninguna imagen de lo que fue la represión en Plaza
de Mayo. Y como nosotros las exhibimos ahora en la pared del Cabildo.
Imágenes que fueron registradas por documentalistas en ese momento.
Entonces, la comparación es evidente y como la televisión
quiso borrar la historia. Ahí, también uno se da cuenta
del rol que tiene el documental. Que es un documento que va a contar la
verdad. Imagínate que hoy se pudiera ver una filmación de
las huelgas en la Patagonia, lo que sería ese material. Esa es
una de las razones del documental, más allá de lo creativo
y de las demás cuestiones.
por
Mariano Minasso - 2007.
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