VIRNA
Y ERNESTO / CINE
NIVELES DE
MONTAJE
por
Ernesto Ardito
No
hay certezas ni formulas para montar un documental. Y cuando las hay,
hablamos de producciones inmersas en la industria seriada, generalmente
de formatos televisivos o institucionales.
Entonces, cuando nos encontramos algunos documentalistas, no recurrimos
a paradigmas, sino simplemente nos contamos nuestras experiencias personales
en este campo. Lo que consideramos aciertos, lo que odiamos como errores,
o lo que sufrimos como dudas y confusión.
En mi caso realicé hasta el momento 5 documentales. Y a modo de
dialogo hipotético con otro documentalista, escribo aquí
sobre tres elementos que encontré recurrentes en el montaje: La
idea o concepto, la emoción y la información.
Si estos tres niveles de montaje se retroalimentan, arrojan un discurso
complejo pero efectivo. Por separado son un llano mediocre para la argumentación
visual. Pero juntos le dan a la escena las coordenadas adecuadas para
intentar llegar a lo profundo del espíritu y la mente del espectador.
Movilizándolo consecuentemente frente al tema planteado. Si ese
es nuestro objetivo.
1-El nivel informativo:
En la línea de la información tenemos lo que respecta al
plano del “que es lo que sucede, cuando, donde, como y quizás
porque”. Pero este último, “el porque pasa todo lo
que vemos”, se recomienda que lo procese el espectador, como estrategia
mas efectiva. Un espectador inteligente, al que le atribuimos un rol pasivo,
siente que le mienten. Nuestro homo videns, precisa activar su propia
conclusión para dar verosimilitud al relato. Y en esto, el montaje
se obliga a desarrollar interesantes, maduras y vanguardistas estrategias.
Por otra parte si deseamos que la conclusión la elabore nuestro
espectador, es importante evitar cualquier error de decir mas de lo necesario,
y así caer en el verticalismo discursivo.
Sabemos que la objetividad no existe, pero un tratamiento discursivo válido
es que el espectador se pueda aproximar a todas las subjetividades y puntos
de vista sobre el conflicto principal del film, para luego él mismo,
elaborar su propio punto de vista. Esto es un discurso democrático,
en donde personajes, autor y espectador participan en la construcción
del concepto. En otros tiempos, el espectador era más ingenuo al
relato de los recursos audiovisuales. En cambio hoy, dado el consumo constante
del mismo, ya no. Así es que desarrolla un rechazo absoluto a todo
aquel que quiere imponer una idea o ideología dándola procesada
didácticamente.
Pero este efecto se puede aislar de la coyuntura temporal y de los componentes
políticos. Por ejemplo, no es lo mismo el marxismo desde Eisenstein,
que desde un panfleto partidario sobre el capitalismo producido por el
Partido Comunista. SI bien los dos pueden haber estado producidos en el
mismo momento bajo el mismo eje partidario e ideológico, el montaje
cinematográfico aplicado por Eisenstein en las escaleras de Odessa,
provoca que desde el drama, el concepto político sea asimilado
sólidamente por la mayor parte de los espectadores que lo observan.
Pero si a continuación, le proyectamos un film de propaganda con
un locutor en off, agresivo y prepotente que le expone su visión
sobre las atrocidades del capitalismo, sin dar respiro a la propia interpretación
de la audiencia, finalizando con una arenga. Esta obviamente, lo termina
rechazando. Salvo que tengan afinidad partidaria y se aplaudan entre ellos
mismos.
Lamentablemente Hollywood lo entendió muy bien, y se robó
de la vanguardia rusa el modelo comunicacional de Eisenstein, aplicándolo
para el desarrollo de su industria cinematográfica, pero para dar
vida a la ideología dominante. Los documentales que produjo USA
para instalar el Plan Marshall en Europa, son el mejor ejemplo de esto,
y a mi juicio, el comienzo de todo. El modo de montaje de ideas allí
utilizado, fue un experimento tan efectivo, que hasta el día de
hoy se continúa aplicando y funciona.
Se tratan de 23 cortometrajes documentales producidos e impulsados por
la Administración del Plan Marshall entre 1948 y 1953, para “educar”
a la desbastada Europa en las bondades de la libertad, el consumo, la
producción y el libre mercado. Estos muestran una Europa que renace
de la destrucción. Con el plan gestado en 1947 por los Estados
Unidos se pretendía propagar la idea de una Europa libre y democrática,
adherida al modelo norteamericano de consumo masivo.
2- El nivel conceptual:
Así, vamos al otro nivel, el del concepto. Las aplicaciones técnicas
y artísticas en el montaje para desarrollar una idea o concepto
se lo llama Montaje Ideológico. El mismo esta conformado por la
yuxtaposición de 2 imágenes que no necesariamente tienen
vinculación directa por continuidad de acción o de espacio
tiempo entre sí, pero que juntas provocan un concepto o una idea.
El montaje por sucesión de hechos en una escena, es reemplazado
por el montaje por sucesión de ideas, en una integración
orgánica hacia la idea general del film, ya sea su tesis o su hipótesis.
Así como tenemos un tema general, también tenemos varios
subtemas dentro de la estructura narrativa, los cuales se integran dramáticamente
al gran tema del film. En este sentido, el montaje ideológico participa
en la estructura de la misma forma, aportando ideas centrales y/o secundarias.
Primarias y/o complejas. Desde el conflicto interno de los personajes,
desde su conflicto con el entorno, o con los que lo rodean. O como descripción
subjetiva del contexto en que están operando los conflictos de
los personajes.
El objetivo es poder integrar el montaje ideológico al montaje
informativo o narrativo (aquel que hace avanzar el relato) , y a su vez
estos estar influenciados por un montaje de corte emotivo para potenciar
las ideas y la comprensión con las emociones. Así, tendremos
dentro de una misma escena varios niveles de narración, siendo
que el público no necesariamente los tiene que reconocer. Su utilización
sutil y armoniosa al relato, hará que estas formas pasen lo mas
desapercibida posible; y el espectador se deje llevar por las ideas y
el drama en forma mucho mas atenta, apasionada y reflexiva. Si una sobresale
demasiado, genera un ruido narrativo que atenta contra la optimización
receptiva buscada, a través de las formas expresivas. Las proporciones
de esta receta sin particulares a cada relato y estilo.
Ya Eisenstein entendía que la utilización sola del montaje
de ideas hacia tediosa el seguimiento dramático del film. Ya que
todo se abstraía a la yuxtaposición generadora de conceptos
y no avanzaba la historia propiamente dicha. En este sentido, puede ser
a veces el vicio de algunos documentales de corte político, no
tener en cuenta el interés del espectador hacia el relato como
lo tenía Eisenstein. Pero encuentro en el trabajo interactivo de
estos niveles: idea-información-emoción; una solución
posible y desafiante.
Muchas veces el montaje ideológico está muy concentrado
en conceptos que son entendidos solamente en determinado contexto, es
decir, por un grupo o comunidad, por un sector social; o en un contexto
temporal determinado. Entonces, así como recomiendo la utilización
de niveles, también analizar la complejidad del concepto en función
del público adonde se desea llegar es fundamental. Si buscamos
la masividad de la recepción, debemos tomar ciertas precauciones
para la exposición conceptual, y así evitar la marginación
del film a elites que lejanas están de operar en el mundo cotidiano
y transformarlo. Esto no significa bajar el nivel educativo o ideológico,
sino sumergirlo en el magma de valores universales, con la posibilidad
de ser comprendidos en todo territorio, en toda época.
3- El nivel emotivo:
El montaje de emociones. Hace 5 años la película Raymundo,
que codirigí junto a Virna Molina, fue el film de apertura del
seminario anual Robert Flaherty en el Estado de New York. Luego de la
proyección se dio una discusión muy seria. Y muchos de los
participantes criticaban el film, argumentando que no podían entender
como un film marxista, que debería contener formas apropiadas a
estas ideas, como la sobriedad y cientificidad discursiva, estaba totalmente
cargado de emociones. Siendo que ese es el lenguaje de Hollywood y de
la industria. Y Virna responde -¿Pero desde cuando Hollywood es
el propietario de nuestras emociones? En Latinoamérica, el marxismo,
sin restarle su carácter científico, lo vivimos de otra
manera.
Las emociones son inherentes al ser humano, y un discurso las debe contener.
Pero sabemos que una idea que se apropia solo de lo emotivo para que el
espectador la asimile, la está utilizando como estrategia engañosa.
La historia de la propaganda y la publicidad ya nos apabulló de
estos ejemplos: Fascismo-Religión- Consumo. Es una línea
muy delgada que se puede traspasar por un error de montaje y no por una
falta de ética. El ejemplo tabú es el llanto. ¿Cuando
se debe cortar y porque, a un personaje que se emociona y llora ante cámaras?
Cuando el público es consiente de que se lo está utilizando
emocionalmente, reacciona con violencia y negación ante el film.
Se siente, justificadamente, utilizado.
Entonces, un montaje de emociones busca, desde sus recursos propios, predisponer
y generar una apertura sensible en el espectador para que asimile desde
terrenos más profundos e identitarios, lo informativo y conceptual.
Cada plano que se agrega va cargando este sentimiento hasta un clímax.
Un hombre llega a su casa tras perder su trabajo. Se sienta solo en una
silla y mira para abajo. Su gesto es siempre el mismo. Pero desde las
miradas de su mujer y sus hijos, desde este silencio orgánico,
incómodo y desde objetos que nos muestren el carácter de
sus urgencias económicas; generaremos una atmósfera que
emocionará al espectador. Esta situación es la que permite
la predisposición de la audiencia, para poder generar una idea
demandante de solución ante ese conflicto. Así, en complicidad,
espectador y autor, la irán encontrando o madurando a lo largo
del film, o no.
Muchas veces se utiliza la música para potenciar sentimientos.
Cuidado con esto, porque podemos generar un resultado empalagoso que nos
devuelve el rechazo y el efecto contrario. Si filmamos la realidad, lo
más conveniente es encontrar los elementos expresivos en ella misma.
Los sonidos, las músicas ambientes, etc. Pero en lo personal no
soy muy ortodoxo al respecto, suelo utilizar música, inclusive
para ingresar al universo psicológico de los personajes pero teniendo
en cuenta esta frontera de saturación del recurso, como peligro
dado.
El conflicto del abuso de la emoción no solo está vinculado
a la tristeza, sino también a la euforia. Trabajar con la arenga
de un dirigente, tratando de que el espectador absorba desde su espectro
sensitivo, intuitivo o instintivo; una posición política,
es engañarlo dado que el documentalista debe utilizar todos los
mecanismos de investigación por los cuales logre hacer evolucionar
o refutar su hipótesis, para devolver un análisis político
más complejo, con una observación reflexiva, y no ser solo
un puente mediático para la propaganda. El espectador sin reflexión
o análisis político científico, es utilizado desde
la herramienta del montaje de emociones eufóricas o cooptadoras.
Esto se traslada también a los mecanismos de propaganda religiosos
o a las publicidades del mercado de consumo, como se mencionó anteriormente.
Existe en el mundo del documentalismo, mas precisamente en los documentalistas
como personas, cierto pudor a explorar en las emociones, pues es un lugar
en donde el autor queda totalmente expuesto, por lo que muchos evitan
este nivel de lenguaje, conteniéndose en lo seguro y “serio”,
lo informativo y conceptual. Nosotros hemos hablado de las emociones como
algo naturalizado en un relato documental, pero son muy pocos los que
la aplican. Error magnánimo de comunicación, ya que los
sentimientos nos atraviesan desde que tenemos nariz. No comprender esta
subjetividad del espectador, es no crear un discurso audiovisual pensando
en potenciar la recepción del tema o hipótesis.
Por esto las posiciones contrarias a la utilización de este nivel,
se justifican solamente en el carácter negativo de la misma, en
su consecuencia manipuladora. Pero esto sólo se da cuando realmente
se está buscando eso, cuando el autor carece de horizontes éticos
de honestidad con la audiencia. O simplemente, cuando está mal
utilizado y no se sabe encuadrarlo en sus limites dentro del montaje,
yéndose de las manos al realizador, y superando o distorsionando
el efecto que se espera causar en el espectador.
Así tenemos nuestras 3 claves: información-concepto y emoción.
Pero es de la combinación proporcional de estas tres en una escena,
secuencia y estructura general del film, que encontraremos los mejores
resultados comunicacionales y expresivos. Por separado corren mas peligro
de fallar, pero juntas se retroalimentan y disparan los resultados deseados.
Las podemos idear en nuestras cabezas, pero cobraran vida en el toma a
toma del montaje.
por Ernesto Ardito
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